El jurista Anthony D'Amato tiene una original teoría (vía) que considera a la pornografía como un factor determinante en la reducción de violaciones producidas en los Estados Unidos durante las últimas décadas; contradiciendo así la creencia formal de que su causa es la ley y la mayor cautela de las mujeres.
Dice que la tecnología se encargó de potenciar este fenómeno, primero con el video y luego -con mucha más fuerza- mediante Internet. Una prueba contundente son los índices que indican que los únicos cuatro estados donde aumentaron las violaciones fueron aquellos donde, precisamente, el acceso a Internet es menor que en otros.
Vayamos un poco más allá y supongamos por un momento que el hombre fuese incapaz de masturbarse -agrego yo-. Es claro que ante la imposibilidad de auto satisfacerse, el nivel de violaciones aumentaría considerablemente, incurriendo en ella sujetos que bajo otras circunstancias no lo harían. Pues bien, algo similar -aunque de modo inverso- ocurre con la pornografía: facilita que una gran mayoría vea satisfecho su apetito sexual, incluso aquellos no convencionales (hay porno sobre todos los géneros imaginables). Funcionaría, entonces, prácticamente como un modo de prevención extra-legal para esta clase de delitos tan difíciles de combatir.
Los que estén interesados en leer un poco más sobre el tema, pueden descargarse Ley y moral en la pornografía aquí (.PDF, botón derecho > Guardar destino como...), un trabajito que hice hace unos meses para la facultad.
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