El blog de Michael Ian Black

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Michael Ian Black es un actor y comediante stand-up norteamericano. Trabajó, por ejemplo, en la serie Ed junto al simpático Thomas Cavanagh. Su particularidad es que tiene un blog, actualizado con frecuencia por él mismo.

Allí podemos encontrar posts netamente humorísticos, y otros con detalles divertidos de su carrera. Se caracteriza por ser sarcástico y burlarse de si mismo (en este post cuenta como lo contrataron y luego engañaron en un papel para "Buscando a Nemo").

Aquí traduzco una de sus delirantes entradas (aunque es mucho más gracioso en inglés):

Da un poco, recibe un poco

A veces debes dar un poco para recibir un poco. Hace un par de semanas, estaba parado en la calle con un vaso vacio de Burger King, pidiendole a los motoristas si podían darme un poco de cambio. La mayoría simulaba no haberme visto, lo que me parecía difícil de creer considerando que yo usaba un traje completo de Batman (rentado). Un muchacho resaltó que le parecía difícil de creer que alguien que puede costear el alquiler de un traje tan profesional de Batman pudiera necesitar monedas, a lo que yo respondí: "Ey amigo, si tuvieras idea de lo que cuesta alquilar este disfraz, entenderías EXACTAMENTE por qué necesito el dinero adicional".

(Por cierto, el traje cuesta 250 dólares por día, pero no iba a decirle eso a ÉL).

Un par de personas se rieron de mí, lo que esperaba, y una anciana me pregunto si podía ayudarla a salir de un aprieto. Al parecer, su nada bueno hijo vivía en su casa sin pagar la renta, ni ayudándo a comprar la comida, ni haciendo nada excepto sentar su gordo trasero en frente de la TV y burlarse de su mamá. Me pregunto si podía ayudarla con la situación. El tráfico había disminuido para ese entonces, así que acepté. Entré en su Corolla y fuimos hasta su casa, situada en un pueblo que no conocía.

Cuando llegamos al lugar, entró directo a la casa gritando "¡Arnold, Batman está aquí para patear tu trasero!". A este punto comencé a ponerme nervioso, porque la verdad es que no había planeado patear el trasero de nadie, ni siquiera el de un vividor. Había dos razones para esto. La primera era que yo tengo limitadas (no-existentes) habilidades para el combate. La segunda era que tenía temor de perder el deposito del traje si se rompía o manchaba (otros $250). En mi cabeza, pensaba más en decirle a Arnold una frase con mi mejor voz de Batman. De hecho, había estado practicando en el viaje: "Arnold, necesitas obtener un trabajo".

Como todos los planes de batalla, este fue inmediatamente descartado al confrontar con el enemigo. Antes que nada, sentía que la anciana me había engañado un poco acerca de Arnold. Sí, era obvio que Arnold no contribuía de ningún modo en el ciudado de la casa. El era morbidamente obeso y usaba ropa sucia que parecía no haberse cambiado en semanas o incluso meses. Tenía unos 40 o 45 años, sin afeitar, y estaba tirado en frente del televisor, justo como ella lo describió. Lo que olvidó mencionar es que Arnold era severamente retardado. Y no fue sólo su casco lo que dio a conocer su condición. Fue la saliva y el hecho de que cuando entré al comedor me miró y empezó a gritar "BA-MA! BA-MA!", lo que me dijeron era la forma en que Arnold decía "Batman".

(Para ser honesto, yo me figuré eso solo, pero pensé que había una posibilidad remota de que estuviese gitando "¡Badminton! ¡Badminton!", lo que hubiese sido muy extraño considerando las circunstancias, pero honestamente, ¿qué esperas de un retardado?).

La anciana comenzó a gritarle a Arnold, diciendole que Batman estaba allí para enderezarlo y patearle el trasero, y que si pensaba que iba a salirse con la suya, estaba equivocado. Yo no sabía que hacer. Por un lado, la situación me hacía sentir un poco tonto. Quiero decir, ahí estaba, en el comedor de una extraña mujer con mi traje de Batman, cuando podría estar en la calle pidiendole algo de cambio a extraños. Por otro lado, yo acepté ayudarla a salir del problema, aunque se estaba volviendo cada vez menos claro cuál era el problema exactamente, y qué esperaba ella que hiciera yo.

A regañadientes, y más como un intento de sobrepasar esta increíblemente incómoda situación que otra cosa, fui sobre Arnold y dije, "Arnold, arréglate. Así dice Batman". Luego lo golpeé en el estomago.

No fue un golpe muy fuerte, suficiente para moverlo, pero la anciana se sintió enormemente complacida. Ella comenzó a aplaudir, diciendo "¿Ves? ¿Ves eso?". Luego de un par de lagrimas, Arnold volvió su atención a la TV ("Days of Our Lives"). Ella pareció estar satisfecha con mi desempeño. Despues abrió su monedero y me dió un billete de 5 dólares. Consideré brevemente rechazar el dinero, asumiendo que Batman lo hubiese hecho, pero luego pensé en el hecho de que Batman no tiene que rentar su propio traje. Entonces tomé el dinero y lo puse en mi vaso de Burger Bing, el cual a esta altura estaba arrugado en el bolsillo de mi jean (debajo del disfraz). Luego me dió algo de limonada y me llevo de nuevo a la calle, donde no hice un centavo más.

Al día siguiente devolví el traje, y mientras salía el tipo me preguntó si iba a rentarlo otra vez la semana siguiente, como había indicado que tal vez haría. Le dije que no.


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